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El editor de libros(2016)

Director: Michael Grandage

Actores: Jude Law, Colin Firth, Nicole Kidman, Guy Pearce


Thomas Wolfe es un escritor al que nadie quiere publicar su primera novela, por lo voluminosa y quizás por lo grandilocuente. Por suerte se cruza en su vida con Max Perkins, un editor que ve oro allí donde los demás sólo ven a un personaje excéntrico.

El guión de este filme está firmado por John Logan, basado en el libro Max Perkins: editor de genios, escrito en los años 70 por Andrew Scott Berg. Es de suponer que hecho lo debían conocer los que han traducido el título de la película al castellano, porque de un simple Genius se ha pasado a El editor de libros, trasladando así el protagonismo del escritor al editor. La historia comprime en menos de dos horas la corta vida de Thomas Wolfe y de su lucha con las palabras que le acudían como un torrente al cerebro y de ahí le pasaban a la mano, sin filtrar, pero también la lucha con la fama, el alcohol y el egocentrismo. Una lucha en la que se encuentra, aunque sea en la distancia con otro gran egocéntrico como fue Hemingway y con un personaje que también luchaba con las palabras, pero en su caso por conseguir que apareciesen, como Scott Fitzgerald. El guión del filme es, en realidad, una loa a la literatura, y al trabajo de un editor para crear belleza y sintetizar allí donde hay caos y exageración. De hecho hay una escena en la que editor y escritor se pelean por un larguísimo párrafo que se queda en una simple línea, que es una maravilla que deberían leer todos aquellos escritores de best sellers que rellenan sus páginas del más puro vacío.

El director Michael Grandage se estrena tras las cámaras con este trabajo, ya que hasta ahora era conocido como actor de series de televisión. El caso es que sale bastante bien de este estreno como realizador, sobre todo en su faceta como director de actores. También destaca su realización, por algunos detalles, como el sombrero que lleva puesto en todo momento el editor, da igual que esté en la calle, en su despacho o en casa, y que sólo se lo quita en un momento muy concreto y emotivo del filme. Utiliza así el sombrero, como un elemento con una gran carga narrativa, al igual que pudo usar la cofia mucho antes D. W. Griffith en el papel de la Lillian Gish de Intolerancia, o Kelly McGillis en Único testigo de Peter Weir. Además consigue lo que hacen las buenas películas, que es interesarte por el personaje y por ese escritor al que yo no conozco, pero de quien ya he pedido un libro (Look Homeward, Angel) que espero con ansías para meterme en sus cientos de páginas.

Jude Law interpreta con gran talento a ese escritor que se mueve entre la exaltación continua y la, a veces, humildad frente a un escritor que sabe mucho más que él. Colin Firth ha conseguido depurar esa técnica que consiste en estar prácticamente hierático durante todo el filme, pero al mismo tiempo decirlo todo casi sin gestos. Y entre el resto del reparto yo destacaría, especialmente a Nicole Kidman. Reconozco que es una actriz que no me gusta mucho, pero que aquí hace un papel espectacular, con una escena en concreto, en un teatro a donde va a visitarle el protagonista, que está entre lo mejor de toda su carrera, sin ninguna duda. Sólo por ver trabajar a estos tres ya merece la pena la peli.


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