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Grand Piano (2013)

Director: Eugenio Mira

Actores: Elijah Wood, John Cusack, Alex Winter, Dee Wallace, Kerry Bishé


Tras cinco años retirado, el gran pianista Tom Selznick decide volver a los escenarios para ver qué tal se le da la cosa. Entre las partituras de su concierto de vuelta, encuentra unas notas escritas en rojo que le dicen que si falla una nota será asesinado. Pronto descubre que el asunto no va en broma y que un francotirador le está apuntado durante todo el concierto.

El guionista del filme, Damien Chazelle, es el principal problema que tiene la película. La historia es muy, pero que muy difícil de creer, y además es bastante absurda. Desde aquí en adelante un Spoiler. Se supone que dentro del piano se esconde una llave que abre una caja fuerte en Suiza que esconde mogollón de pasta. ¿Qué se le ocurre al villano para conseguir esa llave? Ni más ni menos que, entre otras, a) comprar el rifle de francotirador de mayor precisión del mundo (lo que debe costar una pasta); b) aprender a usarlo de manera magistral, lo que no debe ser fácil, teniendo en cuenta que el villano es de profesión cerrajero; c) esperar a que el único pianista que sabe tocar una partitura concreta vuelva a los escenarios, la toque y abra un casillero secreto donde está la llave; d) convencer a un ayudante fiel del pianista para que se alíe con él y se convierta en un asesino sin escrúpulos a cambio de pasta; y e) convertirse en un ultramega melómano capaz de saber si en una pieza musical alguien toca todas y cada una de las notas de manera precisa, porque en caso contrario no sabría que la nota que falla el protagonista es la última y no una cualquiera de las mil que toca antes. A mí me recuerda a esos villanos de cómic de los años 60 que daban golpes tan caros que el robo jamás les compensaba. ¿Qué habría hecho cualquier otra persona? a) Entrar en la cerrada mansión en la que está el piano de manera permanente; y b) destrozarlo a mazazos y llevarse la llave. Con esto último sólo te condenarían, si te pillan, por allanamiento y vandalismo, pero no tienes que estar años preparando algo que seguro que te va a salir mal. Fin del spoiler.

El director Eugenio Mira ha tenido la suerte de caer en el entorno de Rodrigo Cortés, que aquí de hace de productor y que es un tipo muy inteligente que ha conseguido introducirse en la industria americana por la puerta grande. A ello le ayudó su filme Buried, que le permitió rodar, también con grandes actores, la película Luces rojas. A este último filme, por cierto, le ocurría algo parecido a lo que le pasa a Grand Piano, es decir, que a pesar de una gran dirección y unos grandes actores, el guión era bastante flojete, aunque no tan malo como este de Damien Chazelle. Mira resuelve de manera bastante magistral un rodaje complicado en el que hay que coordinar la música, con las manos del actor protagonista, la interpretación de una orquesta, y todo en un espacio cerrado donde la cámara tiene que moverse con bastante agilidad. El propio director ha confesado que el guión no le pareció gran cosa cuando se lo enviaron, pero que su representante, Paramount y Cortés le convencieron de que lo rodara. Seguro que tiene éxito de taquilla, pero estoy convencido de que podría haber hecho algo mucho mejor con un guión con un poquito de coherencia.

El actor protagonista es Elijah Wood en un papel difícil que resuelve sin problemas. Según Cortés, este actor es un superdotado y la verdad es que lo hace realmente bien, y al parecer cobrando mucho menos de lo que dice su caché. El resto del reparto hace poco, porque esta es una peli de casi un protagonista único.


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