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Mientras dure la guerra (2019)

Director: Alejandro Amenábar

Actores:Karra Elejalde, Eduard Fernández, Santi Prego


Miguel de Unamuno, escritor y rector de la Universidad de Salamanca, ve con buenos ojos que el ejército golpista vaya ocupando ciudades en la guerra civil española. Pronto descubrirá espantado que esos salvadores de España, presuntamente católicos, no son más que asesinos sin escrúpulos.

Alejandro Amenábar junto al guionista Alejandro Hernández, han hecho un gran trabajo de documentación para crear el guion de este filme. Por un lado está ese aspecto ambivalente de Unamuno, que le convierte en un ser totalmente confuso, miedoso a ratos, y valiente a veces, que en realidad lo hace mucho más humano que en películas como La isla del viento, que aunque era una buena película convertía a Unamuno casi en un ser de luz, sin fisuras.

Por otro lado, y quizás el más importante de la historia, está esa lucha en un despacho donde un grupo de colegas nombra a Franco jefe del Estado, durante el tiempo indeterminado que da título a la película y que al dictador le sirvió para anclarse al poder hasta su muerte. Amenábar y Herrnández han leído mucho, y bien, sobre cómo fue aquella decisión, con la eliminación de unos cuantos posibles contrincantes por masones, otros por accidentes de aviación y otros porque no querían y no tenían apoyos, y cómo en la redacción del texto final tuvo un peso increíble el listo de la familia Franco, es decir el hermano Nicolás (interpretado por Luis Bermejo).

Algo que Amenábar rueda con total maestría mostrando a Nicolás Franco en la sombra mientras los militares deliberan para dejar a Franco al frente del país. Y ese es sólo uno de los muchos ejemplos del buen hacer del director, que es uno de los más solventes creadores de nuestro país y con un enorme oficio, ya sea con guiones terribles como el de Regresión o con grandes películas como Ágora.

La recreación, los ambientes, la música, la dirección de actores, los movimientos de cámara… demuestran que Amenábar sabe muy bien lo que hace y no como otros directores con más renombre en nuestro país, pero que bien analizados son realmente ridículos. Eso sí, todavía le pierden esos pequeños alardes cursis como esos recuerdos o ensoñaciones de un joven Unamuno adormilado en una escena bucólico-pastoril.

Amenábar consigue incluso que Karra Elejalde resulte creíble como Unamuno, algo que a priori no podría pensar nadie, debido a la deriva cómica del actor. También están increíbles Eduard Fernández como el histriónico clown Millán-Astray, y Santi Prego, como un Francisco Franco grimoso, lerdo y ambicioso.


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