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Déjame entrar (2010)

Director: Matt Reeves

Actores: Kodi Smit-McPhee, Chloë Grace Moretz, Richard Jenkins, Elias Koteas


Un niño algo rarito observa una noche la llegada de unos nuevos vecinos a su pueblo: una niña y el que parece ser su padre. Pronto descubrirá que tras esa extraña pareja se esconde un siniestro secreto.

El novelista John Ajvide Lindqvist adapta de nuevo su obra homónima para presentarla ahora al público americano. Su anterior adaptación es del año 2008 y dio origen a una película sueca del mismo título. El hecho de que los americanos adapten una película que ha tenido éxito en Europa no es algo novedoso, y entre las últimas versiones conocidas me vienen a la mente Vanilla Sky (que aquí fue Abre los ojos, de Alejandro Amenábar) o La sombra de la noche, una película que el director Ole Bornedal dirigió tanto en su país Dinamarca, como en Estados Unidos. De todos modos, la práctica de rodar películas para diferentes mercados es realmente antigua, y permite encontrar algunas curiosidades como la película Drácula, rodada en 1931 con actores hispanos al mismo tiempo y en los mismos escenarios que la mítica Drácula de Tod Browning.

Las semejanzas entre las dos versiones de Déjame entrar, la yanqui y la sueca, son muchísimas. Las dos mantienen un ritmo pausado en un paisaje frío y con una luz metálica; las dos conservan casi a la par su grado de terror en sus escenas explícitas de vampirismo, y las dos siguen el guión a pies juntillas con escenas muy parecidas. Una de las principales diferencias la marca la dirección. Matt Reeves, el director yanqui de quien en 2008 vimos Monstruoso, es un profesional bastante más consolidado que Tomas Alfredson y sus planos permiten conocer mejor las intenciones de sus protagonistas, incluso nos dejan entrever una historia de amor que en la película sueca no pasa de ser una historia de supervivencia. Reeves además se controla para no dejar que los efectos especiales se hagan dueños de la película y quita algunas escenas que en la película sueca son bastante impactantes como la del ataque de unos gatos a uno de los personajes.

Es precisamente ahí, en la elección del reparto, donde gana la película americana. Reeves construye una pequeña comunidad de vecinos, condenada a la tragedia, y elige un reparto totalmente glorioso que supera con creces a la película sueca. Kodi Smit-McPhee está perfecto en su papel de niño maltratado, y a Chloe Grace Moretz la adoramos desde su papel de Hit-Girl en Kick-Ass.


Con algún pequeño cambio se publicó en el número 105 de Tribuna Complutense con fecha 26 de octubre de 2010.

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