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Los caminos de la memoria (2009)

Director: José Luis Peñafuerte

Guionista: José Luis Peñafuerte

Narración: Marisa Paredes y José Luis Peñafuerte

Más de treinta años después de la muerte del dictador Francisco Franco, algunas asociaciones, a petición de las familias de los fusilados, han comenzado a abrir las fosas comunes en las que reposan sus parientes. El sencillo objetivo: identificarles y darles sepultura.

El director y guionista de este documental, José Luis Peñafuerte, es descendiente de exiliados españoles y nacido en Bruselas en el año 1972. Un buen día se preguntó por qué gran parte de la población española no se cuestiona dónde están enterrados los cerca de 150.000 fusilados por el franquismo. Así nació esta película en la que destacan una serie de elementos fílmicos. Por un lado, el filme involucra a chavales de un instituto de Getafe, pero también del colegio Ciudad de Córdoba de Villaverde. Es interesante ver cómo reaccionan adolescentes que no tienen ni idea de lo que fue la guerra civil ante el testimonio directo de personajes como Marcos Ana o Natividad Rodrigo. Y más curioso todavía es ver a un grupo de niños pequeños, que escuchan emocionados las explicaciones sobre el Guernica, y mientras un atento Jorge Semprún también escucha, una niña pequeña dice que para ella el cuadro refleja que en las guerras nadie gana. El crítico de El País se preguntaba si esta respuesta estaría amañada, pero el profesor que llevó a los niños al museo me reconoció que fue una respuesta espontánea. También me comentó que Semprún se acercó para felicitarle por la explicación.

Lo más impactante del metraje es, sin duda, las decenas de cuerpos que se encuentran en una única ubicación. La mayor parte de ellos con los cráneos agujereados por un balazo. Pero tampoco dejará indiferente a nadie la reunión de franquistas en pleno siglo XXI en el Valle de los Caídos, y escuchar el discurso antidemocrático que no tiene reparos en ofrecer directamente a la cámara uno de los curas que ofician misas allí, y a quien, por cierto, todos pagamos con nuestros impuestos. También es un buen elemento cinematográfico la galería de retratos, rodados de manera estática, de hombres y mujeres que fueron represaliados por los franquistas. Uno de ellos recuerda que las víctimas de la izquierda ya cuentan con su recuperación histórica, con sus placas, con sus tumbas y que lo único que ellos quieren es poder enterrar a sus muertos.

El filme flojea en unas imágenes que muestran a una pareja masculina bailando una danza contemporánea. Intenta reflejar una lucha fratricida y busca incluir algo poético, pero en realidad choca con el tono del filme y resulta pedante.


Se publicó una versión reducida en el número 101 de Tribuna Complutense con fecha 27 de abril de 2010.

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