Una chica y su pareja viven en una casa aislada, tranquilos y sin estrés. Un día aparece en su puerta un señor que parece despistado y lo que era una vida relajada se convertirá en un infierno.
El director Darren Aronofsky escribe también el guión de este filme que se puede entender de dos maneras: a) una película de terror y b) una versión sui generis de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Si fuera lo primero, la película sería un desastre sin sentido, así que sólo puede ser lo segundo.
Según esta segunda interpretación Javier Bardem es Dios y Jennifer Lawrence es la Madre Tierra. Al principio, Bardem crea de las cenizas un universo nuevo y lo plasma en un libro (sin duda el Antiguo Testamento).
Pronto aparece por allí, el primer humano, Adán, que no es otro que Ed Harris, que admira el trabajo de Dios y a quien este acoge sin problemas porque le encanta ser adorado. Pronto llegará Eva (Michelle Pfeiffer), que también será acogida sin reticencias, para sorpresa de la Madre Tierra. Con ella llegarán los problemas y su curiosidad hará que destrocen una pieza admirada por el Dios y aparecerán por ahí los hijos de Adán y Eva, Caín y Abel. Como es lógico, Dios se pondrá de parte de Abel, incluso mostrando su lado violento, y eso llevará a que Caín aplaste el cráneo de Abel, abriendo una herida en la Madre Tierra que ya no se cerrará jamás.
Para el funeral, Dios acogerá en su casa a todos los herederos de Adán y Eva, a las doce tribus, para congoja de la Madre Tierra que se verá invadida por gente cada vez menos respetuosa con ella. La llegarán a insultar, a humillar y a aprovecharse de su acogida. Hasta que al final un par de ellos, sin hacer caso de las advertencias de la Madre Tierra, reventarán el hogar y provocarán una inundación, lo que nos llevaría al castigo de Noé (aunque no a la versión chorra del propio Aronofksy), y a la expulsión de los humanos de la Madre Tierra.
Esta expulsión deja de nuevos solos a Dios y a la Madre Tierra que deciden follar, que es algo que llevaban mucho sin hacer. A la mañana siguiente ella, iluminada por un rayo divino, sabe que está embarazada, y eso provoca que Dios recupere su inspiración y pase a escribir su segundo libro, el Nuevo Testamento.
En cuanto se publica se convierte en un pelotazo y comienzan a llegar fans a la casa de la Madre Tierra, lo que le encanta a Dios, pero espanta a la Madre Tierra, porque cada vez son más los que acuden a adorar a ese Dios obnubilado y cada vez se vuelven más violentos. Nacen así cultos sectarios, enfrentamientos armados, asesinatos a sangre fría, destructores de la Madre Tierra.
La culminación es el nacimiento del hijo de ambos, Jesús, sin duda alguna, que él mismo ofrece a sus fieles para que hagan con él lo que quieran. Como es de esperar, comen y beben todos de él para el espanto de Madre Tierra, pero con el beneplácito de un Dios que dice que hay que perdonar. Madre Tierra no aguanta más y siguiendo el camino marcado por la herida de Caín provoca el Apocalipsis y destruye a todos y a todo, menos a Dios. Este, que no sufre ningún daño, provoca un nuevo big bang de las cenizas del Apocalipsis, crea a otra Madre Tierra y comienza de nuevo el Eterno Retorno de lo Mismo. Y fin.
Ahora bien. ¿Es esto una obra maestra o una chorrada espectacular? Es difícil valorarlo, porque quizás sea la mejor película bíblica de la historia, pero también es una película tan confusa que quizas sea imposible, para la mayoría de los espectadores, enterarse de lo que está pasando, porque mientras esperan una escena de terror o una casa encantada, no comprenden qué ha pasado con Michelle Pfeiffer ni Ed Harris ni saben qué está ocurriendo realmente. Q uizás falta una nota aclaratoria al principio, diciendo algo así como: "Inspirada en la Biblia"
.Al igual que en Cisne Negro Aronofsky consigue mantener la tensión con ese amor por lo minimalista, por lo constreñido. Desde luego hay que reconocerle el mérito de ser capaz de crear todo un Apocalipsis angustioso sin salir de cuatro paredes y con la cámara siguiendo constantemente a la protagonista, muchas veces tan pegada a su cuerpo que parece su sombra. Y sin chocarse con los miles de millones de humanos que buscan destruir a la Madre Tierra, de quien se mofan porque la pobre se cree que esa es su casa
.Los cuatro actores principales están genial. Bardem haciendo de ese Dios con cara de psicópata enamorado de sí mismo, muy biblico, por cierto. Lawrence que no se entera nada, haciendo tanto de una Madre Tierra que no entiende lo que le están haciendo sus habitantes, como de la mayor parte de los espectadores del filme. Pfeiffer como esa Eva que sigue siendo una tentación da igual los años que tenga y Harris como un Adán un tanto pardillo al que se le cae el mundo encima
.¿Te la recomiendo? La verdad es que no sabría decírtelo.